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Entrenando

En capítulos anteriores de este blog, habrás leído que tenía buenas intenciones, pero apenas pude empezar a ponerme en forma para subir el Balmhorn. Cuando me di cuenta que sólo me quedaban 2 meses, la motivación volvió (básicamente porque o me entreno, o no subo...).


Mi primera opción era aumentar el número de entrenamientos en el gimnasio (pesas, máquinas de fitness, step, etc.) e incluso bici estática (con correr, mi segunda peor pesadilla...) e ir de excursión una vez a la semana. Pero mi talón de Aquiles no estaba de acuerdo. Lo que significa que nadar era el único entreno cardiovascular que me quedaba.

(A estas alturas, debo informar al lector que, adolescente, solía hacer competiciones de natación... sí, hace mucho tiempo... Y cuando me mudé a Barcelona, no encontré ningún club para entrenar correctamente, por lo que me tiré a la piscina, literalmente, tal vez dos veces en 11 años).


El primer día me sumergí en el agua con cierta aprehensión: sabría nadar decentemente? iba a aguantar más que un par de largos?? Afortunadamente, no tardé en disfrutar del momento! Las buenas sensaciones volvieron como en los viejos tiempos!! ¿Cómo he podido no echarlo de menos? ¿Cómo me aseguro que no volveré a dejarlo? No sé lo que me voy a llevar de la experiencia del Balmhorn, pero ya me ha devuelto una alegría, un deporte que tanto amé años atrás. Un tesoro...



Así que la rutina semanal es algo así:

• 2 o 3 sesiones de natación (gracias a Stefano que me dejó varios programas para que no me aburra haciendo largos sin fin)

• 2 sesiones de sala de maquinas

• 1 clase de baile (no es un entreno de verdad, pero si estoy sudando cuenta, ¿no?)

• 1 día de trekking

• 1 día libre (porque yo lo valgo!!!)


Debe ser una cuestión de química, porque después de tan sólo 10 días entrenando, ya me siento muy bien. La felicidad de volver a nadar, el orgullo de cumplir con el programa. E ir incrementando intensidad semana tras semana :-)

Obviamente, no es ninguna garantía de que voy a subir el Balmhorn fácilmente. Pero es mejor que nada!


Gracias a mi querida amiga Mireia, pasé un fin de semana en las bellas montañas de Andorra. El sábado fuimos (un poco) demasiado ambiciosas y tuvimos que dar media vuelta de + 1250m, a 200m de la cima del Casamanya. Pero fue una buena prueba ya que sentí que podría haber continuado más allá. La caminata del domingo fue más suave, pero guapísima en el maravilloso Vall de Madriu.

Un par de semanas más tarde, pude comprobar que el entrenamiento hacia efecto, pudiendo terminar una larga y hermosa caminata en la Serra de Queralt con unas vistas únicas sobre Catalunya. Un ascenso de más de 1700m, que es más o menos lo que espero para el Balmhorn, y un descenso rompe piernas sin piedad. Esa noche, no pedí más que una ducha y meterme en mi cama!!


En fin, mi equipamiento no podrá ser una excusa: por fin he recibido el conjunto de Gore-tex, gracias a Haglöfs y Vertic. Y es una pasada!!! Pantalones perfectos, chaqueta ligerísima y plumón monísimo. Las botas son de alta calidad y muy fashion, pero demasiado grande, espero me las puedan cambiar...

No sé si estoy lista, pero es lo que hay, he hecho lo que he podido para prepararme. Que sea lo que deba ser...



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